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Cómo reparar un diente roto

Una de las urgencias que más se ven en odontología son los dientes rotos, normalmente causados por caídas o golpes.

Muchas veces se trata de niños a los que se les han roto los dientes de leche, pero a los adultos también les pasa, y cuando pasa es importante reaccionar deprisa y reconstruir el diente.

Reparar un diente roto es posible y, dado que muchas veces los que se rompen son los incisivos centrales superiores, también es necesario para mantener una sonrisa agradable y masticar correctamente.

TRATAR UN DIENTE ROTO O FRACTURADO

Aunque pueda parecer algo sin importancia, la rotura de un diente, incluso si es leve, es una urgencia médica. Un diente roto puede causar dolor, malestar y problemas varias al masticar, además de ser una base perfecta para infecciones dentales.

Por eso, en caso de tener un diente roto, e independientemente de la causa de la rotura, la rapidez en la reacción es importante. Intenta recuperar el trozo de diente que has perdido (incluso si se ha caído entero), por si fuera posible restaurarlo en su lugar (si el diente está entero, evita tocar la raíz y sumérgelo en leche).

Asimismo, Tanto si está fracturado como si tiene grietas, es importante ir inmediatamente al dentista para que este evalúe los daños y, si es necesario, trate las posibles infecciones internas.

Este tratamiento para las infecciones se llama tratamiento de conducto, endodoncia o, más popularmente,  matar el nervio, y consiste precisamente en eso: remover la pulpa infectada del interior del diente antes de proceder al tratamiento de reconstrucción dental.

OPCIONES PARA REPARAR UN DIENTE ROTO

Existen distintas maneras de arreglar un diente roto, y elegir una u otra dependerá en gran medida del nivel de rotura de la pieza dental.

Si la rotura es leve puede que baste con rellenar el hueco creado, mientras que si se trata de una rotura grave se podrá optar entre extraer y reemplazar el diente o reconstruirlo.

También se tiene en cuenta la edad del paciente, ya que arreglar una rotura en los dientes de leche, por ejemplo, tiene un objetivo distinto que arreglar un diente roto en un paciente adulto. Dado que la dentadura temporal caerá en unos pocos años, basta con un arreglo temporal y, si la rotura es muy grave, puede optarse por retirar el diente y esperar a que este sea reemplazado de forma natural.

CARILLAS DENTALES

Las carillas dentales son un tratamiento de odontología estética muy demandado. Consisten en láminas finas de distintos materiales que se fijan sobre el diente para devolverle el aspecto adecuado. Son perfectas para aquellos casos en que la rotura es no afecta a la funcionalidad del diente, sólo a su estética y el daño es mínimo, ya que se trata de estructuras que necesitan de un diente sano para servirles de apoyo. Pueden ser de composite o porcelana.

El composite es un tipo de resina, muy sencilla de utilizar, con una apariencia muy similar a la del esmalte dental. Las carillas de composite son bastante asequibles, pero tienen el inconveniente de que tienden a ver degradado su color con el paso del tiempo.

Las carillas de porcelana, por otra parte, son más sólidas, más estéticas y más duraderas. Por eso son muy adecuadas para dientes muy dañados, que no importe tanto modificar.

CORONAS DENTALES O FUNDAS

Si la pieza dental está muy dañada pero aún puede conservarse, una manera muy efectiva de arreglarla es colocar una corona dental.

Ésta se puede colocar incluso cuando el trozo de diente que se conserva es muy pequeño, ya que se trata de una especie de funda en forma de diente que se coloca sobre la raíz.

Pueden ser de distintos materiales, aunque los más habituales son la porcelana, el zirconio (más resistente) y el composite. Elegir uno u otro material es algo que dependerá siempre de tus circunstancias económicas y del consejo del odontólogo para tu caso.

Reparar un diente roto con una corona dental

IMPLANTES DENTALES

En aquellos casos en que el diente está muy fracturado y se mueve, mantenerlo y reconstruir su estructura puede ser imposible y la mejor opción suele ser extraerlo y reemplazarlo.

Para ello, se realiza un implante dental, es decir, se coloca un tornillo en el sitio que antes ocupaba la raíz del diente, y este tornillo sirve de base para la colocación de una corona. Es un proceso simple, seguro y bastante habitual.

Los implantes son permanentes y solo son adecuados para dentición adulta, ya que si se colocasen por la pérdida de un diente de leche impediría el crecimiento del diente permanente.

ADHESIÓN DENTAL, EMPASTES E INCRUSTACIONES

En casos en que el diente está parcialmente roto y su estabilidad no peligra, existe la opción de repararlo añadiéndole algo de material extra.

Cuando el diente solo está ligeramente astillado se puede optar por la adhesión dental, un procedimiento muy simple, indoloro (no requiere anestesia) y de bajo coste que consiste en cerrar las pequeñas grietas con resina moldeable. Una vez colocada, la resina puede ser pulida para hacerla imperceptible.

También se puede realizar un empaste con composite. Este procedimiento es muy habitual en los casos en que la rotura está causada por una caries, ya que en esta dolencia se crean agujeros pequeños que pueden ser taponados.

Finalmente, se puede optar por una incrustación dental. A diferencia de los empastes y las adhesiones, que están formadas con un material maleable, las incrustaciones son piezas hechas a medida que se fijan sobre la parte restante del diente. Está especialmente indicada para reparar la parte superior del diente y puede ser de composite, porcelana o metal, como por ejemplo oro.

Estos tratamientos, pensados para pequeñas reconstrucciones, son cada día más habituales, ya que la gente tiende cada vez más a cuidar de su salud buco-dental y eso hace que las lesiones a reparar muchas veces sean menores.

En todo caso, la decisión del tratamiento dependerá de la opinión experta de tu dentista, así que, si se te rompe un diente, o incluso si crees que se te ha roto o agrietado, aunque no estés seguro, debes visitar al odontólogo.